En 3º de ESO hemos estudiado los textos narrativos y los alumnos tuvieron que analizar los elementos narrativos de películas, transformar relatos o crear a partir de un hecho histórico una narración propia. De esta última opción, voy a publicar dos trabajos que están fenomenal y que nos sirven para ver cómo historia y narración pueden estar íntimamente relacionados. En primer lugar, tenemos la historia de Juana de Arco contada por una narradora interna protagonista que deja fluir sus pensamientos y sentimientos sitúandolos en espacios y tiempos concretos. Excelente trabajo de María López-Fernández, alumna de 3º ESO C:
juana de arcO
Nunca olvidaré el 30 de mayo de 1431. Estoy en el pueblo de Ruan, en
una hoguera a punto de ser devorada por la llamas acusada de herejía….
Cuando mi único delito ha sido seguir la palabra del Señor y llevar a mi
pueblo hasta la libertad.
Seguro que pensáis que estoy loca y que posiblemente los cargos
que se me atribuyen son ciertos, por eso, os contaré mi historia para que
juzguéis vosotros mismos…
Toda Francia estaba sometida al reinado del rey Carlos VII cuando un
día tuve una revelación, acusarme de loca si lo deseáis pero aquello era real
tan real como que el sol sale cada mañana, tan real como la vida misma. Con tan
solo diecisiete años, tras aquella llamada de mi Señor me dispuse a encabezar
el real ejército francés de mi amada tierra, pero no sin antes convencer al Rey
de expulsar a los malditos ingleses de Francia. Disputé varias guerras contra
esos infieles, conseguí llevar a mi pueblo a la gloria quedando victoriosos en
las terribles batallas de los años 1429 y 1430. Gracias a estas batallas se
revitalizó la fracción del rey durante la Guerra de los Cien Años y permitieron
la coronación del gran monarca.
Pero no creáis que todo fue un camino de rosas, también me enfrenté
a un camino de espinas, dolorosas espinas… Aquellos ingleses no soportaban que
yo estuviera al mando de mi ejército, ya que desde que yo me puse al frente
conseguimos arrebatarles varias tierras y poco a poco los mandábamos a su país
del que no deberían de haber salido nunca.
Fui capturada por los borgoñeses a los que imagino que fueron bien
recompensados por esos británicos. Posteriormente, fui entregada a los
ingleses, estando completamente indefensa a su merced. Solo Dios sabe las
barbaridades que me hicieron en aquellas mazmorras. Y aquellos que dicen predicar
la palabra del Señor me acusaron de herejía, el duque Juan de Bedford acató el
castigo impuesto en la época por herejía, ya os podréis imaginar cual fue, ya
que os lo narré al principio de esta trágica historia. Las llamas me consumían
poco a poco, lentamente y dolorosamente.
Aquí pues tenéis mi historia en la que solo he narrado la cruel
realidad. Juzgad ustedes mismos pero lo más triste de todo es que mi pueblo, al
que tanto he amado y sigo haciéndolo, me dio la espalda en el momento de mi
muerte por temor a sufrir mi mismo castigo… pero no quiero recordar aquello, me
siento orgullosa de todos ellos ya que años después me atribuyeron los
méritos de heroína, militar y una santa francesa.
Esta es mi historia yo soy Juana de Arco “La Doncella de Orleans”.
Ángela García Hernández, alumna de 3º B nos cuenta la historia de la construcción de la pirámide del faraón Keops, desde la mirada de un narrador testigo. Muy bien tu trabajo, enhorabuena.
LA TUMBA DEL FARAÓN
Corría
el año 2550 a. C. cuando el faraón Keops (IV dinastía) mandó llamar a nobles,
sacerdotes y escribas, entre los que yo me encontraba, y al que todos llamaban
Akil.
Una
idea rondaba la cabeza de nuestro faraón, el cual, dado su carácter tirano y
déspota, no veía nunca cumplidos sus deseos.
La
juventud de nuestro faraón, mezclada con su ambición, no tenía límites.
Debíamos ejecutar una obra que jamás en toda la historia de la humanidad sería
creada de nuevo.
Para
ello nuestro faraón no eligió a cualquier arquitecto, mandó llamar a Hemiunu,
su pariente, el cual diseñó la mas antigua de las maravillas. Hemiunu se rodeó
de trabajadores altamente cualificados y astrónomos, ya que cada lado en
nuestra construcción estaría orientado a los cuatro puntos cardinales y sus
sombras, a la vez, señalarían con gran exactitud los puntos esenciales del año
solar.
El
encargado de proveer la piedra caliza, para construir la pirámide, fui yo,
Akil, que reuniendo las embarcaciones suficientes para el transporte de la
piedra, me embarqué a lo largo y ancho del Nilo, con un gran número de hombres.
El
lugar deseado por Keops sería Giza, muy cerca de Menphis y en la ribera
izquierda del río Nilo, y así, con miles de hombres al servicio del faraón,
empezó la gran obra.
Todo
estaba pensado. Las enormes piedras de dos toneladas de peso, serían
trasportadas a lo largo del Nilo y una vez en el desierto, limpiaríamos el
terreno y con unas varas y cuerdas se construirían unos canales para arrastrar
por ellos las piedras. Una vez en la base de la pirámide, unas enormes rampas
servirían para hacer más fácil la tarea de subirlas a su respectivo lugar.
Carpinteros
llegados de todo Egipto, trabajaron en la elaboración de las cuñas que
servirían para cortar las rocas. De esta forma, añadiéndoles agua, se dilataría
la madera haciéndolas saltar.
Pasaron
los años nuestro faraón no veía el momento de ver su lugar de reposo acabado.
Multitud de problemas, muertes, enfermedades fueron llegando hasta que
pasados veinte largos años, nuestra gran obra llegó a su fin, con sus 140 metros
de altura y más de 200.000 de piedras, guardarían en un futuro y por toda la
eternidad el cuerpo de nuestro joven faraón Keops.
Muy buenos trabajos. ¡Enhorabuena a la profe y a los alumnos!
ResponderEliminarGracias, Virginia por tus felicitaciones y por visitar mi blog.
EliminarSaludos.
Geniales trabajos!
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