es una obra alegre, de fino humor y personajes inolvidables. El argumento de la obra está inspirado en una historia popular: la historia del corregidor y la molinera poetizada en romances, jácaras y canciones. En España, el cuento más famoso sobre el tema es un romance anónimo del siglo XVIII titulado El molinero de Arcos. Alarcón conocía el romance y también otras versiones de la historia como un romance de ciego y cierto sainete cómico. En 1874 un semanario cubano de humor le pidió a Alarcón un relato para hacer reír a sus lectores. Entonces, el autor decidió recuperar la historia del corregidor y la molinera, pero narrándola a su modo: idealizando la gracia y hermosura de la molinera, la honradez del molinero y mostrando un desenlace muy distinto al del cuento tradicional.
La obra trata un tema muy frecuente en la literatura española, el tema del adulterio pero Alarcón nos lo ofrece de un modo diferente. Combina el humor, la gracia, la intriga, jugando con las apariencias y mostrando que a veces no es fácil conocer la verdad.
El sombrero de tres picos es romántico, popular, tradicional pero también hay elementos realistas como el de encuadrar la historia en un momento histórico muy preciso: los primeros años del siglo XIX. El capítulo I, De cuando sucedió la cosa nos sitúa en la España de Carlos IV en un momento histórico convulso: el momento en el que Napoleón Bonaparte conquistaba territorios por toda Europa aunque aún no había entrado en España. De manera irónica, el autor nos muestra cómo los soberanos europeos habían perdido la corona y la cabeza como consecuencia de las revoluciones liberales que terminaron con las monarquías absolutas. A continuación, traza un retrato irónico de Napoleón para pasar a describir con fino humor la sociedad española del Antiguo Régimen.
En el segundo capítulo, De cómo vivía entonces la gente, Alarcón encuadra la acción en un entorno concreto, una ciudad de Andalucía que parece ser Guadix. Nos muestra las costumbres de la sociedad española y elogia con ironía los tiempos pasados.
Estos dos capítulos sirven de marco histórico-geográfico para encuadrar la divertida historia del corregidor y la molinera. A partir del capítulo tres, empieza la historia de El sombrero de tres picos, una historia que Alarcón nos irá ofreciendo paulatinamente con gran habilidad: conoceremos primero a los personajes por su aspecto físico y su carácter, luego veremos cómo se desenvuelven en situaciones difíciles y cómo se solucionan todos los conflictos.
El sombrero de tres picos fue un gran éxito y tuvo muy buenas críticas. Ya antes de finalizar la década había sido traducida a varios idiomas. Es una obra en la que no se defiende ninguna ideología y está libre de los defectos que caracterizan a otras obras alarconianas (disgresiones, vaguedad, improvisación, incoherencia...). La obrita ha tenido gran aceptación en todas las épocas y se ha llevado a escena en varias ocasiones. Manuel de Falla puso música a la obra que se estrenó por primera vez en 1919. Los decorados fueron realizados por Picasso y la coreografía ideada por Massine.
Os dejo la Danza del molinero. Concierto Voces para la Paz 2003. Teatro Monumental. Madrid 11 de Mayo de 2003. Director: José Ramón Encinar:
Os dejo la Danza del molinero. Concierto Voces para la Paz 2003. Teatro Monumental. Madrid 11 de Mayo de 2003. Director: José Ramón Encinar:
Y aquí tenéis la Danza final de El sombrero de tres picos:
Las adaptaciones teatrales de la obra han sido muchas. Quizá las más destacadas sean La pícara molinera, de Torcuato Luca de Tena; La feria de Cuernicabra de Alfredo Mañas; y sobre todo, La molinera de Arcos, de Alejandro Casona. Dos adaptaciones más actuales son las que tenéis a continuación: la puesta en escena de la compañía de Antonio Márquez y una propuesta más cómica representada en el teatro clásico Morfeo:
Como veis la obra que vamos a leer ha despertado gran interés en el mundo de la música y de las artes escénicas. Nosotros disfrutaremos de la lectura del libro en clase, de sus personajes vivaces y divertidos, de sus escenas costumbristas, del buen hacer de Alarcón.
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