martes, 19 de octubre de 2021

FARENHEIT 451




¿Cómo sería un mundo en el que los bomberos no apagaran incendios sino que los provocaran para quemar libros?¿Y si estuviera prohibido leer y los que guardaran libros fueran perseguidos?¿Seríamos felices en un mundo de diversiones sin libros, sin reflexión y sin conocimientos? ¿Cómo conservar el conocimiento de los libros en una sociedad en la que son quemados?


Farenheit 451, la temperatura a la que el papel de los libros se inflama y arde. Uno de los libros más recordado del maestro estadounidense de la ciencia-ficción, Ray Bradbury.
 

 

PRIMERA PARTE: Era estupendo quemar 

“Dale a la gente concursos que puedan ganar recordando la letra de sus canciones más populares o los nombres de las capitales del Estado o cuánto maíz produjo Iowa el año pasado. Atibórralo de datos no combustibles, lánzales encima hechos que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto información. Entonces, tendrás la sensación de que piensan, tendrán la impresión de que mueven sin moverse. Y serán felices, porque los hechos de esta naturaleza no cambian. No les des ninguna materia delicada como Filosofía o la Sociología para que empiecen a atar cabos. Por ese camino, se encuentra la melancolía. Cualquier hombre que pueda desmontar un mural de televisión y volver a armarlo luego, y, en la actualidad, la mayoría de los hombres pueden hacerlo, es más feliz que cualquier otro que trate de medir, calibrar y sopesar el Universo, que no puede ser medido ni sopesado sin que el

hombre se sienta bestial y solitario. Lo sé, lo he intentado. ¡Al diablo con ello! Así, pues, adelante con los clubs y las fiestas, los acróbatas y los prestidigitadores, los coches a reacción, las bicicletas, helicópteros, el sexo y las drogas, más de todo lo que esté relacionado con los reflejos automáticos. Si el drama es malo, si la película no dice nada, si la comedia carece de sentido, dame una inyección de teramina. Me parecerá que reacciono con la obra, cuando sólo se trata de una reacción táctil a las vibraciones. Pero no me importa. Prefiero un entretenimiento completo”.

 

 

TERCERA PARTE: Fuego vivo 

“Cuando muere, todo el mundo debe dejar algo detrás, decía mi abuelo. Un hijo, un libro, un cuadro, una casa, una pared levantada o un par de zapatos. O un jardín plantado. Algo que tu mano tocará de un modo especial, de modo que tu alma tenga algún sitio a donde ir cuando tú mueras, y cuando la gente mire ese árbol, o esa flor que tú plantaste, tú estarás allí. No importa lo que hagas -decía-, en tanto que cambies algo respecto a como era antes de tocarlo, convirtiéndolo en algo que sea como tú después de que separes de ellos tus manos. La diferencia entre el hombre que se limita a cortar el césped y el auténtico jardinero está en el tacto. El cortador de césped igual podría no haber estado allí, el jardinero estará allí para siempre”.

¿QUÉ LE SUCEDERÁ A MONTAG, EL BOMBERO PROTAGONISTA DE FARENHEIT 451?

 

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