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viernes, 25 de abril de 2014

POESÍA ESPAÑOLA POSTERIOR AL 36

           

Hoy vamos a ver el tema de "La poesía española a partir de 1936" y para ello, vamos a leer algunos poemas representativos de este periodo que nos ayudarán a entender mejor los sentimientos e inquietudes de los escritores de este periodo. El recorrido que aquí os propongo recoge, en términos generales, las líneas poéticas del momento pero no están todos los que son porque el espacio de esta entrada es insuficiente para abordar toda la riqueza literaria de estos años. Muchos poetas marcharon al exilio y otros se quedaron en la Península. Yo me he centrado en la producción poética de estos últimos.

  Espero que esta entrada sirva de guía para desarrollar el tema y sobre todo, deseo que sea un estímulo para que os intereséis por los poemas de este periodo de nuestra literatura.


Comenzamos con la GENERACIÓN DEL 36, escritores que reiniciaron la creación poética tras la guerra y recibieron el impacto de la guerra a una edad crucial. Se suele decir que es una generación "escindida" por la guerra en dos: la del exilio y la del "interior". Esta escisión se observa en dos líneas muy distintas de poesía:


a) Poesía arraigada, cultivada por los escritores afines al Régimen, alejada de los problemas del momento que aborda temáticas como el amor, el paisaje o la religiosidad con empleo de estrofas clásicas.En esta línea destacaron dos revistas Escorial (Dionisio Ridruejo, Luis Rosales, Luis Felipe Vivanco) y Garcilaso (José García Nieto).





MEMORIA
Y resbaló el amor estremecido
por las mudas orillas de tu ausencia.
La noche se hizo cuerpo de tu esencia
y el campo abierto se plegó vencido.
Un ayer de tus labios en mi oído,
una huella sonora, una cadencia,
hizo flor de latidos tu presencia
en el último borde del olvido.
Viniste sobre un aire de amapolas.
Como suspiros estallando rojos,
bajo el ardor de las estrellas plenas,
los labios avanzaron como olas.
Y sumiso en el sueño de tus ojos
murió el dolor en las floridas venas.
                                                                        Dionisio Ridruejo

b) La poesía desarraigada surge en 1944 con la publicación de la obra Hijos de la ira de Dámaso Alonso. Es una obra de tono desgarrado y existencial escrita en versículos solemnes y una actitud rebelde ante los desastres de la guerra. 


                       



 INSOMNIO
Madrid es una ciudad de más de un millón de cadáveres (según las últimas estadísticas).
A veces en la noche yo me revuelvo y me incorporo en este nicho en el que hace 45 

años que me pudro,
y paso largas horas oyendo gemir al huracán, o ladrar los perros, o fluir blandamente l

a luz de la luna.
Y paso largas horas gimiendo como el huracán, ladrando como un perro enfurecido, 

fluyendo como la leche de la ubre caliente de una gran vaca amarilla.
Y paso largas horas preguntándole a Dios, preguntándole por qué se pudre lentamente 

mi alma,
por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid,
por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo.
Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre?
¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día, las tristes azucenas letales de 

tus noches?

En esta misma línea de  disconformidad con el mundo se encuentra la revista Espadaña con temas como la religiosidad llena de dudas, el hambre, la represión o la injusticia. El estilo empleado es áspero y sencillo centrado en la fuerza expresiva y en la intensidad emocional. Pertenecen a este grupo Victoriano Crémer, José Luis Hidalgo o Eugenio de Nora.


Además de estas dos tendencias, en los años cuarenta destacan el Postismo, heredero de la vanguardia y el Surrealismo francés con autores como Carlos Edmundo de Ory.


                                                            

  
 FONEMORAMAS
Si canto soy un cantueso
Si leo soy un león
Si emano soy una mano
Si amo soy un amasijo
Si lucho soy un serrucho
Si como soy como soy
Si río soy un río de risa
Si duermo enfermo de dormir
Si fumo me fumo hasta el humo
Si hablo me escucha el diablo
Si miento invento una verdad
Si me hundo me Carlos Edmundo

Y el grupo cordobés de Cántico que cultivó una poesía neobarroca, esteticista y sensorial con toques románticos y elegíacos. Pertenecen a este grupo Ricardo Molina,Juan Bernier y Pablo García Baena.

                                           
                                                

Dicen que el mes de mayo es el mes del amor,
pero yo me pregunto si hay alguna estación

que no lo sea, pues octubre te trajo al lado mío

y noviembre con sus grandes nubes y sus tormentas

fue el mes en que mi corazón dio sus rosas primeras.

              

Y en enero paseando por los campos, miramos

la luna entre los árboles como un fruto de plata
y luego te besé por el carril sombrío
que baja de la Huerta de los Arcos.
              
Y en marzo, cuando son tibias las lluvias,
unos celos furiosos, me asaltaron
porque me hablaste apasionadamente
de Juan Ramón -como si ya lo amaras-
y yo, intentando en vano ahogar mi tristeza
me fui, vencido y hosco, por las húmedas sendas.
              
Y en abril, cuando Córdoba huele a Semana Santa,
los altares cubiertos de flores redoblaron
nuestro amor y en la sombra violeta de los templos
juramos sernos fieles para toda la vida,
igual que aquellas aves que vimos una tarde
volar solas las dos por el aire suave.
              
Y en junio nuestro amor buscaba en los arroyos
las espesas moreras cuya sombra
nos trasportaba al tiempo de las dulces bucólicas.
Venías a tenderte a mi lado en la arena
y nunca como entonces fueron bellos tus ojos
ni dorado tu pecho, ni encendidos tus labios.
              
Y en agosto te fuiste con tu familia a Málaga
de veraneo, y yo quedé en Córdoba solo,
y tu recuerdo, diariamente, al caer la tarde,
se alzaba por el Sur lo mismo que la luna,
y las aguas heladas de la alberca nocturna
y la cerveza amarga y fría, y los refrescos,
y los vinos que me ofrecían los amigos
no consiguieron desvanecer tu imagen
ni apagar en mi alma el deseo -de tu cuerpo.
              
Y, sin embargo, hay quien dice que la primavera
es el tiempo de los enamorados,
pero yo me pregunto si hay alguna estación que no lo sea.
                      
                                        Ricardo Molina

La poesía de los años 50 es una POESÍA SOCIAL que resurge con fuerza rehumanizadora y partiendo de cuestiones metafísicas y religiosas derivará a una literatura de protesta por las duras condiciones en que se desarrollaba la vida de España. Pretende ser un testimonio de su tiempo y un instrumento para transformar el mundo. Deseosos de llegar a la inmensa mayoría adopta una expresión clara y sencilla, cercana al tono coloquial. Destacan en esta poesía Blas de Otero, Gabriel Celaya o José Hierro.

BLAS DE OTERO

       
Primera etapa: Temas religiosos y metafísicos, formas estróficas clásicas

Luchando, cuerpo a cuerpo, con la muerte, 
al borde del abismo, estoy clamando 
a Dios. Y su silencio, retumbando, 
ahoga mi voz en el vacío inerte.
Oh Dios. Si he de morir, quiero tenerte 
despierto. Y, noche a noche, no sé cuándo 
oirás mi voz. Oh Dios. Estoy hablando 
solo. Arañando sombras para verte.
Alzo la mano, y tú me la cercenas. 
Abro los ojos: me los sajas vivos. 
Sed tengo, y sal se vuelven tus arenas.
Esto es ser hombre: horror a manos llenas. 
Ser —y no ser— eternos, fugitivos. 
¡Ángel con grandes alas de cadenas!
     Ángel fieramente humano
Segunda etapa: poesía social.

    
A LA INMENSA MAYORÍA
Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre
aquel que amó, vivió, murió por dentro
y un buen día bajó a la calle: entonces
comprendió: y rompió todos su versos.

Así es, así fue. Salió una noche
echando espuma por los ojos, ebrio
de amor, huyendo sin saber adónde:
a donde el aire no apestase a muerto.

Tiendas de paz, brizados pabellones,
eran sus brazos, como llama al viento;
olas de sangre contra el pecho, enormes
olas de odio, ved, por todo el cuerpo.

¡Aquí! ¡Llegad! ¡Ay! Ángeles atroces
en vuelo horizontal cruzan el cielo;
horribles peces de metal recorren
las espaldas del mar, de puerto a puerto.

Yo doy todos mis versos por un hombre
en paz. Aquí tenéis, en carne y hueso,
mi última voluntad. Bilbao, a once
de abril, cincuenta y uno.

               Pido la paz y la palabra



GABRIEL CELAYA

LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO
(...) Poesía para el pobre, poesía necesaria 
como el pan de cada día, 
como el aire que exigimos trece veces por minuto, 
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.

Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan 
decir que somos quien somos, 
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno. 
Estamos tocando el fondo.

Maldigo la poesía concebida como un lujo 
cultural por los neutrales 
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden. 
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.

Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren 
y canto respirando. 
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas 
personales, me ensancho.

Quisiera daros vida, provocar nuevos actos, 
y calculo por eso con técnica qué puedo. 
Me siento un ingeniero del verso y un obrero 
que trabaja con otros a España en sus aceros.

Tal es mi poesía: poesía-herramienta 
a la vez que latido de lo unánime y ciego. 
Tal es, arma cargada de futuro expansivo 
con que te apunto al pecho.

No es una poesía gota a gota pensada. 
No es un bello producto. No es un fruto perfecto. 
Es algo como el aire que todos respiramos 
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.

Son palabras que todos repetimos sintiendo 
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado. 
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre. 
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.

                               Cantos íberos


POEMAS DE JOSÉ HIERRO



LUZ DE TARDE

Me da pena pensar que algún día querré ver de nuevo este espacio,
tornar a este instante.
Me da pena soñarme rompiendo mis alas
contra muros que se alzan e impiden que pueda volver a encontrarme.
Estas ramas en flor que palpitan y rompen alegres
la apariencia tranquila del aire,
esas olas que mojan mis pies de crujiente hermosura,
el muchacho que guarda en su frente la luz de la tarde,
ese blanco pañuelo caído tal vez de unas manos,
cuando ya no esperaban que un beso de amor las rozase...
Me da pena mirar estas cosas, querer estas cosas,
guardar estas cosas. Me da pena soñarme volviendo a buscarlas, volviendo a buscarme,
poblando otra tarde como esta de ramas que guarde en mi alma,
aprendiendo en mí mismo que un sueño no puede volver otra vez a soñarse.
(De Alegría, 1947)

CANCIÓN DE CUNA PARA DORMIR A UN PRESO
(...) Duerme, mi amigo. Vuela un cuervo
sobre la luna, y la degüella.
La mar está cerca de ti,
muerde tus piernas.
No es verdad que tú seas hombre;
eres un niño que no sueña.
No es verdad que tú hayas sufrido:
son cuentos tristes que te cuentan.
Duerme. La sombra toda es tuya,
mi amigo, ea...
Eres un niño que está serio.
Perdió la risa y no la encuentra.
Será que habrá caído al mar,
la habrá comido una ballena.
Duerme, mi amigo, que te acunen
campanillas y panderetas,
flautas de caña de son vago
amanecidas en la niebla.
No es verdad que te pese el alma.
El alma es aire y humo y seda.
La noche es vasta. Tiene espacios
para volar por donde quieras,
para llegar al alba y ver
las aguas frías que despiertan,
las rocas grises, como el casco
que tú llevabas a la guerra.
La noche es amplia, duerme, amigo,
mi amigo, ea...
La noche es bella, está desnuda,
no tiene límites ni rejas.
No es verdad que tú hayas sufrido,
son cuentos tristes que te cuentan.
Tú eres un niño que está triste,
eres un niño que no sueña.
Y la gaviota está esperando
para venir cuando te duermas.
Duerme, ya tienes en tus manos
el azul de la noche inmensa.
Duerme, mi amigo...
                            Ya se duerme
              mi amigo, ea...
              (De Tierra sin nosotros, 1947)
        


                      

La Generación de los años 60 consideran la POESÍA COMO FORMA DE CONOCIMIENTO, tanto del mundo como de la propia personalidad. Su poesía se aleja del prosaísmo precedente y se produce un enriquecimiento del lenguaje con introducción del humor y la ironía en los textos. Los temas vuelven al paraíso perdido de la infancia, el amor, la amistad, el paso del tiempo... Los poetas más destacados de esta generación son Ángel González, Jaime Gil de Biedma o José Ángel Valente.


«SERÁN CENIZA...». José Ángel Valente

Cruzo un desierto y su secreta
desolación sin nombre.
El corazón
tiene la sequedad de la piedra
y los estallidos nocturnos
de su materia o de su nada.
Hay una luz remota, sin embargo,
y sé que no estoy solo;
aunque después de tanto y tanto no haya
ni un solo pensamiento
capaz contra la muerte,
no estoy solo.
Toco esta mano al fin que comparte mi vida
y en ella me confirmo
y tiento cuanto amo,
lo levanto hacia el cielo
y aunque sea ceniza lo proclamo: ceniza.
Aunque sea ceniza cuanto tengo hasta ahora,
cuanto se me ha tendido a modo de esperanza.

Podéis escuchar el poema de Gil de Biedma "No volveré a ser joven" recitado por su propio autor y también en una versión musical de Loquillo:

                       





Otros autores destacados de esta generación son Claudio Rodríguez, José Agustín Goytisolo o Antonio Gamoneda.


Siempre la claridad viene del cielo;
es un don: no se halla entre las cosas
sino muy por encima, y las ocupa
haciendo de ello vida y labor propias.
Así amanece el día; así la noche
cierra el gran aposento de sus sombras.

Y esto es un don. ¿Quién hace menos creados
cada vez a los seres? ¿Qué alta bóveda
los contiene en su amor? ¡Si ya nos llega
y es pronto aún, ya llega a la redonda
a la manera de los vuelos tuyos
y se cierne, y se aleja y, aún remota,
nada hay tan claro como sus impulsos!

Oh, claridad sedienta de una forma,
de una materia para deslumbrarla
quemándose a sí misma al cumplir su obra.
Como yo, como todo lo que espera.
Si tú la luz te la has llevado toda,
¿cómo voy a esperar nada del alba?

Y, sin embargo —esto es un don—, mi boca
espera, y mi alma espera, y tú me esperas,
ebria persecución, claridad sola
mortal como el abrazo de las hoces,
pero abrazo hasta el fin que nunca afloja.
 
                  Claudio Rodríguez
          
El conocidísimo poema de "Palabras para Julia" de José Agustín Goytisolo marcó toda una época. Son los consejos que el poeta escribió para su hija cuando ella sólo tenía siete años y tenía toda la vida por delante. El poema se convirtió en un auténtico canto reivindicativo porque la vida no tiene vuelta atrás, porque nunca hay que rendirse y porque hay que afrontar la vida con ilusión y en solidaridad con los demás. Podéis escuchar el poema en la versión ya clásica de Paco Ibáñez o en la versión más heavy de los Suaves:  

                   

                       



    En los años 70 la antología de J. Mº Castellet Nueve novísimos poetas españoles recogía voces poéticas afines a una nuevas sensibilidad con inquietudes esteticistas y cuturalistas y con un lenguaje de gran riqueza expresiva. Son jóvenes con formación literaria extranjera que incorporan en sus versos la sensibilidad camp (influencia de la radio, TV, cine cómic, mitos contemporáneos...) para crear sus poemas y recuperan el espíritu vanguardista de tiempos pasados.
Autores destacados fueron Manuel Vázquez Montalbán o Martínez Sarrión (clasificados en la antología como los seniors de la generación) o autores más provocativos los de coqueluche como Pere Gimferrer, Guillermo Carnero o Ana María Foix.  A estos se unirían después autores como Antonio Colinas, Villena o Luis Alberto de Cuenca.

    


   POEMAS DE PERE GIMFERRER

ARDE EL MAR


Oh ser un capitán de quince años

viejo lobo marino las velas desplegadas

las sirenas de los puertos y el hollín y el silencio en las barcazas

las pipas humeantes de los armadores pintados al óleo

las huelgas de los cargadores las grúas paradas ante el

cielo de zinc
los tiroteos nocturnos en la dársena fogonazos un cuerpo
en las aguas con sordo estampido
el humo en los cafetines
Dick Tracy los cristales empañados la música zíngara
los relatos de pulpos serpientes y ballenas
de oro enterrado y de filibusteros
Un mascarón de proa el viejo dios Neptuno
Una dama en las Antillas ríe y agita el abanico de nácar
bajo los cocoteros



ELEGÍA




Morir serenamente como nunca he vivido
y ver pasar los coches como en una pantalla

y las canciones lentas de Nat King Cole

un saxofón un piano los atardeceres en las terrazas bajo los

parasoles

esta vida que nunca llegué a interpretar

el viento en los pasillos las ventanas abiertas todo es blanco

como en una clínica
todo disuelto como una cápsula de cianuro en la oscuridad
Se proyectan diapositivas con mi historia
entre el pesado olor del cloroformo
Bajo la niebla del quirófano extrañas aves de colores anidan

De "Extraña fruta y otros poemas" 1968 - 1969



POEMA DE ANTONIO COLINAS:

ESCALINATA DEL PALACIO 



Hace ya tiempo que habito este palacio.
Duermo en la escalinata, al pie de los cipreses.

Dicen que baña el sol de oro las columnas,

las corazas color de tortuga, las flores.

Soy dueño de un violín y de algunos harapos.

Cuento historias de muerte y todos me abandonan.

Iglesias y palacios, los bosques, los poblados,

son míos, los vacía mi música que inflama.
Salí del mar. Un hombre me ahogó cuando era niño.
Mis ojos los comió un bello pez azul
y en mis cuencas vacías habitan escorpiones.
Un día quise ahorcarme de un espeso manzano.
Otro día me até una víbora al cuello.
Pero siempre termino dormido entre las flores,
beodo entre las flores, ahogado por la música
que desgrana el violín que tengo entre mis brazos.
Soy como un ave extraña que aletea entre rosas.
Mi amigo es el rocío. Me gusta echar al lago
diamantes, topacios, las cosas de los hombres.
A veces, mientras lloro, algún niño se acerca
y me besa en las llagas, me roba el corazón.

                    

                                              POEMA DE LUIS ALBERTO DE CUENCA:


   EL DESAYUNO



Me gustas cuando dices tonterías, 
cuando metes la pata, cuando mientes, 

cuando te vas de compras con tu madre 

y llego tarde al cine por tu culpa. 

Me gustas más cuando es mi cumpleaños 

y me cubres de besos y de tartas, 

o cuando eres feliz y se te nota, 

o cuando eres genial con una frase 
que lo resume todo, o cuando ríes 
(tu risa es una ducha en el infierno), 
o cuando me perdonas un olvido. 
Pero aún me gustas más, tanto que casi 
no puedo resistir lo que me gustas, 
cuando, llena de vida, te despiertas 
y lo primero que haces es decirme: 
«Tengo un hambre feroz esta mañana. 
Voy a empezar contigo el desayuno».


                   
Tanto unos como otros autores evolucionaron hacia posiciones más personales, de tal forma que ya en 1975 la estética venecianista se consideraba superada. Por otra parte, se desarrollaron otras corrientes poéticas diferentes como el grupo "Claraboya" de León, de ideología marxista y poesía crítica o "la poesía del silencio" con poemas cercanos a la poesía pura.

La llegada de la democracia supuso nuevos caminos para la poesía con tendencias variadas como:
. La poesía de la experiencia, con estética realista y crítica social de Luis García Montero, el Neosurrealismo de Blanca Andreu o La poesía de mujeres escrita con versículos y de tono personal con Julia Castillo, Concha García o Ana Rosetti.

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