7 junio, 2013 por el Profesor Titular de la Universidad de Murcia, JOSÉ MANUEL LÓPEZ NICOLÁS en su blog SCIENTIA. ¡DIFÚNDELO!, QUE TODO EL MUNDO SEPA LO QUE ESTÁ PASANDO EN LA UNIVERSIDAD.
No es un alumno más. Este es el segundo año que le he dado clase y en estos dos cursos no ha faltado ni un solo día. Participa en todas las actividades programadas en el aula con un interés que pocas veces he visto en mis más de quince años de experiencia docente. Pregunta, discute, debate… pero siempre desde el respeto hacia el profesor y hacia sus compañeros.
A la hora de los exámenes lucha como el que más por sacar la máxima nota de la clase. No, no hablo de una buena nota… sino de la mejor nota. Suele lograrlo pero cuando no lo consigue sube al departamento a revisar su examen. Lo hace con educación, sin pretextos y solamente para saber cuáles han sido sus fallos. Los ve, los anota y se vuelve contrariado. Hace un año se quedó en puertas de la matrícula de honor de mi asignatura pero otro compañero hizo más méritos. Se fue de la revisión con los ojos enrojecidos y cuando le pregunte el porqué de su actitud no quiso contestarme. No lo entendí, el sobresaliente que había obtenido era muy meritorio, pero lo dejé marchar.
Su actitud en las clases prácticas que llevamos a cabo en el laboratorio también es inusual. A menudo aparece con una cámara de fotos para captar imágenes de todos los experimentos que hacemos. Eso sí, me pide permiso cada vez que lo hace. La primera vez que apareció con la cámara le pregunté cuál era su objetivo. “Me gusta enseñarle a mis padres, a mis hermanos y a mis amigos lo que hacemos en la universidad”. No seguí preguntando.
Pero el amor de
este alumno por la ciencia no se queda ahí. Pertenece a dos asociaciones
de divulgación científica. No, no solo se limita a pertenecer a ellas, tira
del carro de las mismas como el que más. Está presente en cada una de las
reuniones, organiza actividades, sube contenidos… su vida es la ciencia.
Ayer le tocaba
volver a examinarse conmigo. Como suelo hacer antes de cada examen imprimo la lista
oficial de alumnos matriculados para que luego firmen en ella. El
alumno protagonista de este post no estaba en esa lista por lo que no podía
examinarse. Pensando que era un error administrativo llamé a la secretaria de
la facultad a la que está adscrita la carrera universitaria que está cursando.
No, no había ningún error.
A lo mejor debería haberme mantenido
al margen pero no pude evitarlo y lo llamé. Quedé con él y nos tomamos un
café. Me contó su historia, la misma que está azotando a miles
de estudiantes universitarios distribuidos por
toda la geografía española.
A pesar de que estaba trabajando
para sacarse la carrera ni sus recursos ni los de su familia le permiten seguir
pagando las tasas
universitarias. Tiraba la toalla. Yo no podía articular palabra… pero
empezaban a cuadrarme muchas cosas.
Ahora entendía aquellas lágrimas
cuando no podía alcanzar la matrícula
de honor en una asignatura. El alcanzar la máxima nota le hubiese
eximido de pagar las tasas de la matrícula de una nueva asignatura.
Aguanté el tipo como pude. Creo que no se me escapó ni una lágrima
porque mi monumental cabreo no lo permitía. Pero aun hay más. Él no es el
único afectado de su situación. Detrás de cada uno de estos casos hay un drama familiar. No me puedo
imaginar tener que ver cómo mi hija tiene que abandonar sus estudios por no
poder ayudarla.
Le comenté que hay
universidades que están haciendo grandes esfuerzos por intentar ayudar
a las personas que se encuentran en su situación. Unas están creandofondos
sociales de ayuda, otras crean nuevos programas de becas.
Personalmente reconozco el esfuerzo de estos centros pero, sinceramente, creo
que son parches. El problema es de raíz. Los alumnos de muchas universidades
están pagando en 2012-2013una
media del 38% más que el curso anterior por sus matrículas. Esto es
inadmisible. Digamos las cosas claras. Los
recortes que se están haciendo en la educación pública de este país son una
vergüenza. Mucha gentes los está sufriendo ahora mismo en sus carnes pero
voy más allá, en un futuro las consecuencias para nuestro país serán
devastadoras.
Terminamos ese café. Él no ha perdido la esperanza. Está buscando
trabajo como loco para poder matricularse al menos de
una asignatura para el curso próximo. Me comentó los proyectos
que tiene para las dos asociaciones de divulgación científica a las que pertenece.
Lo hizo con una ilusión que me dejaba asombrado.
Me explicó su obsesión por hacer
fotografías de cada experimento que hacía en el laboratorio. Su único objetivo
en prácticas no era aprobar las asignaturas. Quería llevar la ciencia a la calle.
Quería enseñarle al mundo, según sus propias palabras, “que la ciencia también tiene su belleza
y que puede llegar a emocionarles tanto como a mí”.
Durante toda la conversación me
demostró que su
amor por la ciencia podía más que su drama personal… el mismo por
el que están pasando miles de familias en toda España. Yo ya no estaba ni
emocionado. Solamente me apetecía mandarlo todo a la mierda. A esta
gente, la que de verdad podría ayudar a sacar a nuestro país de la
situación en la que se encuentra por su fuerza y sus ganas, se les corta
las alas de forma incomprensible. Yo ya estoy hasta los huevos.
Nos despedimos. Pienso ayudarle. A
mi manera. Será otro parche. Pero este tema me ha llegado tan dentro que no
puedo mirar a otro lado. Sí, ya sé que a lo mejor soy injusto porque habrá
otras personas cercanas a mí en situaciones parecidas. Chavales
frustrados por no poder estudiar. Sí, lo que leen, frustrados por no poder
estudiar. Tiene cojones.
Acabo. La situación en la
Universidad está llegando a límites insospechados hace unos años. En un primer
momento fueron los
laboratorios los que se empezaron a quedar vacíos. Los impresentables
recortes en investigación provocaron que miles de jóvenes científicos tuviesen
que dar por concluida su carrera investigadora al no obtener becas o contratos
que les permitieran realizar sus tesis doctorales, estancias predoctorales o
consolidar sus plazas definitivas. Ahora
las que se quedan vacías son las aulas. Cientos de alumnos empiezan a
abandonarlas por no poder hacer frente a los pagos de las tasas universitarias.
Los recortes en educación, sumados a los anteriores citados en investigación,
están llevando a generar una sociedad que en absoluto estará basada en el
conocimiento. Serán otros valores los que reinen en ella. Los mismos que los de
las personas que nos han llevado a esta situación.
Esa tarde tengo otro examen. En unos
minutos tendré que imprimir la lista oficial de matriculados. Tengo miedo de lo
que pueda encontrarme. Esto es una mierda. Una
puta mierda.
Qué horror y qué mierda...
ResponderEliminarBochornoso, no se me ocurre otro término.
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