El próximo martes
14 de febrero se celebra la festividad de San Valentín, el día de los
enamorados. Tal vez os hayáis preguntado alguna vez quién era San Valentín y por qué se le relaciona con el amor. Pues preparaos a conocer su historia:
San Valentín fue un sacerdote cristiano que vivió en la Roma del
siglo III, época en la que el cristianismo era perseguido. En este periodo se
prohibía el matrimonio de los soldados porque se creía que los soldados casados rendían menos en el campo de batalla que los solteros. Entonces, San Valentín decidió casar a las parejas bajo el ritual cristiano en secreto. El 14 de febrero, San Valentín moriría ejecutado.
San Valentín se ha convertido en el patrón de los enamorados que en este día intercambian regalos: flores, postales, poemas de amor y otros presentes para manifestar su amor. Y es que el amor mueve el mundo y ha sido y sigue siendo un tema presente en la literatura. Como homenaje a todos los enamorados y a todas las personas de buenos sentimientos, os dejo una selección de poemas amorosos, comenzando nuestro recorrido con las jarchas, poemillas breves de tema amoroso que son el primer testimonio escrito de la lengua romance. Sus versos están puestos en boca de una mujer enamorada que se queja por la ausencia del amigo, teniendo como principales confidentes a su madre o a sus hermanas:
Vayse meu corachón de mib
Vayse meu corachón de mib;
ya Rab, ¿si se me tornarad?
¡Tan mal meu doler li-l-habib!;
enfermo yed, ¿cuánd sanarad?
(Mi corazón se me va de mí.
¡Oh Señor! ¿acaso regresará?
Es tan grave mi dolor por el amado!
[Mi corazón] está enfermo, ¿cuándo sanará?)
¡com contenir a meu male!
Sin el habīb non vivireyu;
advolarey demandare.
(Decid vosotras, ¡ay hermanillas!,
¡cómo resistir a mi pena!
Sin el amado no podré vivir;
volaré en su busca.)
La lírica gallego-portuguesa seguirá la línea amorosa con las famosos canciones de amigo, poemas en los que la voz femenina muestra sus deseos amorosos con tono apasionado, utilizando recursos retóricos (paralelismos, símbolos...) para enfatizar la intensidad del sentimiento. Una de las canciones de amigo más conocida es esta de Martín Códax, "Ondas do mar de Vigo" en la que la impaciente enamorada pregunta a las olas del mar de Vigo (símbolo de la pasión amorosa) por el paradero de su amante:
Ondas do mar de Vigo, Olas del mar de Vigo,
Ondas do mar de Vigo, Olas del mar de Vigo,
se vistes meu amigo? ¿habéis visto a mi amigo?
E, ay Deus, se verrá cedo? ¡Ay Dios! ¿Vendrá pronto?
Ondas do mar levado, Olas del mar levantado,
se vistes meu amado? ¿Habéis visto a mi amado?
E ay Deus, se verrá cedo? ¡Ay Dios! ¿Vendrá pronto?
Se vistes meu amigo, ¿Acaso habéis visto a mi amigo,
o por que eu sospiro? aquél por quien yo suspiro?
E ay Deus, se verrá cedo? ¡Ay Dios! ¿Vendrá pronto?
Se vistes meu amado, ¿Habéis visto a mi amado,
por que ei gran cuidado? por quien tengo gran cuidado?
E ai Deus, se verrá cedo? ¡Ay Dios! ¿Vendrá pronto?
Y la lírica tradicional castellana, nos ha dejado bellas composiciones poéticas relacionadas con el amor:
Lindos
ojos habéis , señora,
De los que
se usaban agora.
Vos tenéis
los ojos bellos
Y tenéis
lindos cabellos,
que
matáis, en sólo vellos,
a quien de
vos se enamora.
Lindos
ojos habéis, señora,
De los que
se usaban agora.
***
|
En la
fuente del rosel,
lavan la
niña y el doncel.
En la
fuente de agua clara,
con sus
manos lavan la cara
él a ella
y ella a él:
lavan la
niña y el doncel.
En la
fuente del rosel,
lavan la
niña y el doncel.
***
|
|
Malferida
iba la garza
Enamorada:
Sola va y
gritos daba.
Donde la
garza hace su nido,
ribericas
de aquel río,
sola va y
gritos daba.
|
Al alba
venid, buen amigo,
al alba
venid.
Amigo el
que yo más quería,
venid al
alba del día.
Amigo el
que yo más amaba,
venid a la
luz del alba (...)
|
Pero fueron los trovadores los que llevaron el sentimiento del amor a la máxima expresión. La poesía del amor cortés procedente de Provenza consideró a la mujer como un ser superior, frío e inalcanzable pero sublime. El poeta ponderará su sufrimiento y mostrará su vasallaje hacia esa amada-enemiga a la que canta en sus versos.
Influido por la poesía provenzal, el marqués de Santillana creará sus famosas pastorelas , poemas que nos muestran el encuentro de un caballero con una pastora en un entorno embellecido y estilizado como se aprecia en esta serranilla:
Moza tan fermosa
non vi en la frontera
como una vaquera
de la Finojosa.
Faciendo la vía
del Calatraveño
a Sancta María
vencido del sueño
por tierra fragosa
erdí la carrera,
do vi la vaquera
de la Finojosa.
En un verde prado
de rosas y flores
uardando ganado
con otros pastores,
la vi tan graciosa
que apenas creyera
que fuese vaquera
de la Finojosa.
Non creo las rosas
de la primavera
sean tan fermosas
nin de tal manera,
fablando sin glosa
si antes sopiera
de aquella vaquera
de la Finojosa.
Non tanto mirara
su mucha beldad,
porque me dejara
en mi libertad.
Mas díjele: “Donosa
(por saber quien era)
ónde es la vaquera
de la Finojosa...?”
Bien como riendo,
dijo: “Bien vengades;
que ya bien entiendo
lo que demandades:
non es deseosa
de amar, nin lo espera,
aquesa vaquera
de la Finojosa”.
También nuestro Romancero nos ha dejado bellas composiciones amorosas, como el Romance del Conde Olinos, que nos muestra que el amor verdadero entre dos enamorados acaba venciendo todos los obstáculos. Escuchad la versión musical de este romance con voz de Joaquín Díaz:
Y en este recorrido poético-amoroso no podemos olvidar a los grandes poetas del Siglo de Oro Español como el genial Lope de Vega, que vivió con intensidad el amor y expresó en su poesía sus sentimientos amorosos. Su lema "amor y poesía cada día" estuvo presente durante toda su vida. En el soneto que tenéis a continuación, el "Fénix de los ingenios" nos presenta la naturaleza contradictoria del amor, ya que unas veces nos proporciona alegrías pero otras nos conduce al desengaño.Y una auténtica declaración de amor la encontramos en otro soneto muy conocido, en esta ocasión de Francisco de Quevedo, "Amor constante más allá de la muerte":
Desmayarse, atreverse, estar furioso, Cerrar podrá mis ojos la postrera
alentado, mortal difunto, vivo, y podrá desatar esta alma mía
leal, traidor, cobarde y animoso; hora, a su afán ansioso lisonjera;
no hallar fuera del bien centro y reposo, Mas no de esotra parte en la ribera
mostrarse alegre, triste, humilde altivo, dejará la memoria, en donde ardía:
enojado, valiente, fugitivo, Nadar sabe mi llama el agua fría,
satisfecho, ofendido, receloso; y perder el respeto a ley severa.
huir el rostro al claro desengaño, Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,
beber veneno por licor suave, Venas, que humor a tanto fuego han dado,
olvidar el provecho, amar el daño; Médulas, que han gloriosamente ardido,
creer que un cielo en un infierno cabe, Su cuerpo dejará, no su cuidado;
dar la vida y el alma a un desengaño: serán ceniza, mas tendrá sentido;
esto es amor, quien lo probó lo sabe. polvo serán, mas polvo enamorado.
Lope de Vega. Francisco de Quevedo
Posteriormente, los románticos vivieron el amor con frustración porque su ideal amoroso, sus deseos, eran incompatibles con la realidad. No obstante, tenemos poetas como Gustavo Adolfo Bécquer que nos mostró una visión positiva del amor, reflejada en sus Rimas, obra en la que también están presente la desilusión y el desengaño amoroso. Podéis leer ahora algunas de las poesías más conocidas de este gran poeta:
Los invisibles átomos del aire Besa el aura que gime blandamente
en derredor palpitan y se inflaman, las leves ondas que jugando riza;
el cielo se deshace en rayos de oro, el sol besa a la nube en Occidente,
la tierra se estremece alborozada, y de púrpura y oro la matiza;
oigo flotando en alas de armonías La llama se desliza,
rumor de besos y batir de alas, y hasta el sauce inclinándose a su peso,
mis párpados se cierran... ¿Qué sucede? al río que le besa, vuelve un beso.
- ¡Es el amor que pasa!
*** ***
Hoy la tierra y los cielos me sonríen; "¿Qué es poesía?", dices mientras clavas
hoy llega al fondo de mi alma el sol; en mi pupila tu pupila azul.
hoy la he visto..., la he visto y me ha mirado... "¿Qué es poesía?¿Y tu me lo preguntas?
¡Hoy creo en Dios! Poesía... eres tú.
AMOR ETERNO
podrá secarse en un instante el mar;
podrá romperse el eje de la Tierra
como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
cubrirme con su fúnebre crespón;
pero jamás en mí podrá apagarse
la llama de tu amor.
Una rima muy conocida de Bécquer es la de "Volverán las oscuras golondrinas" de la que os dejo la versión musical con voz de Alberto Cortez:
Dentro de la corriente del Modernismo, destaca la poesía de la uruguaya Juana de Ibarbourou. Sus poemas son un canto al amor, una invitación a disfrutar con intensidad la experiencia amorosa, mostrando una recreación personal del tópico del "Carpe diem", como se puede apreciar en el siguiente poema:
LA HORA
Tómame ahora que aún es temprano
Y que llevo dalias nuevas en la mano.
Ahora que tengo la carne olorosa
Y que llevo dalias nuevas en la mano.
Ahora que tengo la carne olorosa
Y los ojos limpios y la piel de rosa.
Después... Ah, yo sé
Que nada de eso más tarde tendré!
Que nada de eso más tarde tendré!
Que entonces inútil será tu deseo
Como ofrenda puesta sobre el mausoleo
Hoy, y no más tarde. Antes que anochezca
Y se vuelva mustia la corola fresca.
Como ofrenda puesta sobre el mausoleo
Hoy, y no más tarde. Antes que anochezca
Y se vuelva mustia la corola fresca.
Hoy, y no mañana. ¡Oh amante!¿ No ves
Que la enredadera crecerá ciprés?
Que la enredadera crecerá ciprés?
El amor también tuvo su expresión poética en los autores de la Generación del 27, entre los que destacaron Pedro Salinas y Vicente Aleixandre.
La concepción amorosa de Salinas es claramente antirromántica y en su obra La voz a ti debida nos muestra a la amada, no como enemiga, sino como confidente. El amor no genera frustración sino que es una fuente de alegría que da sentido a la vida:
Qué
alegría, vivir
sintiéndose vivido.
Rendirse
a la gran certidumbre, oscuramente,
de que otro ser, fuera de mí, muy lejos,
me está viviendo.
Que cuando los espejos, los espías,
azogues, almas cortas, aseguran
que estoy aquí, yo, inmóvil,
con los ojos cerrados y los labios,
negándome al amor
de la luz, de la flor y de los nombres,
la verdad trasvisible es que camino
sin mis pasos, con otros,
allá lejos, y allí
estoy besando flores, luces, hablo.
Que hay otro ser por el que miro el mundo
porque me está queriendo con sus ojos.
Que hay otra voz con la que digo cosas
no sospechadas por mi gran silencio;
y es que también me quiere con su voz.
La vida —¡qué transporte ya!—, ignorancia
de lo que son mis actos, que ella hace,
en que ella vive, doble, suya y mía.
Y cuando ella me hable
de un cielo oscuro, de un paisaje blanco,
recordaré
estrellas que no vi, que ella miraba,
y nieve que nevaba allá en su cielo.
Con la extraña delicia de acordarse
de haber tocado lo que no toqué
sino con esas manos que no alcanzo
a coger con las mías, tan distantes.
Y todo enajenado podrá el cuerpo
descansar quieto, muerto ya. Morirse
en la alta confianza
de que este vivir mío no era sólo
mi vivir: era el nuestro. Y que me vive
otro ser por detrás de la no muerte.
UNIDAD
EN ELLA
Tu forma
externa, diamante o rubí duro,
Muero
porque me arrojo, porque quiero morir,
Deja, deja
que mire, teñido del amor,
Quiero
amor o la muerte, quiero morir del todo,
Este beso
en tus labios como una lenta espina,
Cuerpo feliz que fluye
entre mis manos,
rostro amado donde
contemplo el mundo,
donde graciosos pájaros
se copian fugitivos,
volando a la región
donde nada se olvida.
brillo de un sol que
entre mis manos deslumbra,
cráter que me convoca
con su música íntima, con esa
indescifrable llamada
de tus dientes.
porque quiero vivir en
el fuego, porque este aire de fuera
no es mío, sino el
caliente aliento
que si me acerco quema
y dora mis labios desde un fondo.
enrojecido el rostro
por tu purpúrea vida,
deja que mire el hondo
clamor de tus entrañas
donde muero y renuncio
a vivir para siempre.
quiero ser tú, tu
sangre, esa lava rugiente
que regando encerrada
bellos miembros extremos
siente así los hermosos
límites de la vida.
como un mar que voló
hecho un espejo,
como el brillo de un
ala,
es todavía unas
manos, un repasar de tu crujiente pelo,
un
crepitar de la luz vengadora,
luz
o espada mortal que sobre mi cuello amenaza,
pero
que nunca podrá destruir la unidad de este mundo.
SE QUERÍAN
Se querían.
Sufrían por la luz, labios azules en la madrugada,
labios saliendo de la noche dura,
labios partidos, sangre, ¿sangre dónde?
Se querían en un lecho navío,mitad noche, mitad luz
labios partidos, sangre, ¿sangre dónde?
Se querían en un lecho navío,mitad noche, mitad luz
Se querían como las flores a
las espinas hondas,
a esa amorosa gema del amarillo nuevo,
cuando los rostros giran melancólicamente,
giralunas que brillan recibiendo aquel beso.
a esa amorosa gema del amarillo nuevo,
cuando los rostros giran melancólicamente,
giralunas que brillan recibiendo aquel beso.
Se querían de noche, cuando los
perros hondos
laten bajo la tierra y los valles se estiran
como lomos arcaicos que se sienten repasados:
caricia, seda, mano, luna que llega y toca.
laten bajo la tierra y los valles se estiran
como lomos arcaicos que se sienten repasados:
caricia, seda, mano, luna que llega y toca.
Se querían de amor entre la
madrugada,
entre las duras piedras cerradas de la noche,
duras como los cuerpos helados por las horas,
duras como los besos de diente a diente solo.
entre las duras piedras cerradas de la noche,
duras como los cuerpos helados por las horas,
duras como los besos de diente a diente solo.
Se querían de día, playa que va
creciendo,
ondas que por los pies acarician los muslos,
cuerpos que se levantan de la tierra y flotando...
Se querían de día, sobre el mar, bajo el cielo.
cuerpos que se levantan de la tierra y flotando...
Se querían de día, sobre el mar, bajo el cielo.
Mediodía perfecto, se querían
tan íntimos,
mar altísimo y joven, intimidad extensa,
soledad de lo vivo, horizontes remotos
ligados como cuerpos en soledad cantando.
mar altísimo y joven, intimidad extensa,
soledad de lo vivo, horizontes remotos
ligados como cuerpos en soledad cantando.
Amando. Se querían como la luna
lúcida,
como ese mar redondo que se aplica a ese rostro,
dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida,
donde los peces rojos van y vienen sin música.
como ese mar redondo que se aplica a ese rostro,
dulce eclipse de agua, mejilla oscurecida,
donde los peces rojos van y vienen sin música.
Día, noche, ponientes,
madrugadas, espacios,
ondas nuevas, antiguas, fugitivas, perpetuas,
mar o tierra, navío, lecho, pluma, cristal,
metal, música, labio, silencio, vegetal,
mundo, quietud, su forma. Se querían, sabedlo.
mar o tierra, navío, lecho, pluma, cristal,
metal, música, labio, silencio, vegetal,
mundo, quietud, su forma. Se querían, sabedlo.
Pero el sentimiento
amoroso se reviste de hondura humana con un hombre de condición humilde que
tuvo que enfrentarse a pruebas muy duras en su vida: Miguel Hernández, poeta
del pueblo que vivió en los difíciles años de la Guerra Civil, siendo
encarcelado y teniendo que soportar desde allí la ausencia de su mujer y
de sus hijos. En su poesía está presente el tema del amor, de la muerte y
de la guerra. Aunque tiene muchos poemas amorosos, a mi me sobrecoge
especialmente la carta que escribió a su mujer Josefina Manresa, en la que le
manifiesta su amor, en la que recuerda a su hijo muerto y en la que en la
pobreza y sinrazón de la cárcel, aún deja un hueco para la esperanza de
un futuro juntos:
Uno de los grandes escritores de poesía romántica es, sin duda, Pablo Neruda con sus sonetos de amor y su famosa canción desesperada. Podéis leer los Cien sonetos de amor en Ciudad Seva y en esta entrada os dejo su famosa Canción Desesperada, todo un canto de dolor y de desengaño amoroso:
Emerge tu recuerdo de la noche
en que estoy.
El río anuda al mar su lamento obstinado.
Abandonado como los muelles en el alba.
Es la hora de partir, oh abandonado!
Sobre mi corazón llueven frías corolas.
Oh sentina de escombros, feroz cueva de náufragos!
En ti se acumularon las guerras y los vuelos.
De ti alzaron las alas los pájaros del canto.
Todo te lo tragaste, como la lejanía.
Como el mar, como el tiempo. Todo en ti fue naufragio!
Era la alegre hora del asalto y el beso.
La hora del estupor que ardía como un faro.
Ansiedad de piloto, furia de buzo ciego,
turbia embriaguez de amor, todo en ti fue naufragio!
En la infancia de niebla mi alma alada y herida.
Descubridor perdido, todo en ti fue naufragio!
Te ceñiste al dolor, te agarraste al deseo.
Te tumbó la tristeza, todo en ti fue naufragio!
Hice retroceder la muralla de sombra,
anduve más allá del deseo y del acto.
Oh carne, carne mía, mujer que amé y perdí,
a ti en esta hora húmeda, evoco y hago canto.
Como un vaso albergaste la infinita ternura,
y el infinito olvido te trizó como a un vaso.
Era la negra, negra soledad de las islas,
y allí, mujer de amor, me acogieron tus brazos.
Era la sed y el hambre, y tú fuiste la fruta.
Era el duelo y las ruinas, y tú fuiste el milagro.
Ah mujer, no sé cómo pudiste contenerme
en la tierra de tu alma, y en la cruz de tus brazos!
Mi deseo de ti fue el más terrible y corto,
el más revuelto y ebrio, el más tirante y ávido.
Cementerio de besos, aún hay fuego en tus tumbas,
aún los racimos arden picoteados de pájaros.
Oh la boca mordida, oh los besados miembros,
oh los hambrientos dientes, oh los cuerpos trenzados.
Oh la cópula loca de esperanza y esfuerzo
en que nos anudamos y nos desesperamos.
Y la ternura, leve como el agua y la harina.
Y la palabra apenas comenzada en los labios.
Ese fue mi destino y en él viajó mi anhelo,
y en él cayó mi anhelo, todo en ti fue naufragio!
Oh, sentina de escombros, en ti todo caía,
qué dolor no exprimiste, qué olas no te ahogaron!
De tumbo en tumbo aún llameaste y cantaste.
De pie como un marino en la proa de un barco.
Aún floreciste en cantos, aún rompiste en corrientes.
Oh sentina de escombros, pozo abierto y amargo.
Pálido buzo ciego, desventurado hondero,
descubridor perdido, todo en ti fue naufragio!
Es la hora de partir, la dura y fría hora
que la noche sujeta a todo horario.
El cinturón ruidoso del mar ciñe la costa.
Surgen frías estrellas, emigran negros pájaros.
Abandonado como los muelles en el alba.
Sólo la sombra trémula se retuerce en mis manos.
Ah más allá de todo. Ah más allá de todo.
Es la hora de partir. Oh abandonado!
Otro poeta que ha cantado el amor ha sido el uruguayo Mario Benedetti. De él os dejo el poema "Te quiero", un poema delicioso:
Tus manos son mi caricia
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia.
Si te quiero es porque sos
mi amor, mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.
Tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro
tu boca que es tuya y mía,
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía.
Si te quiero es porque sos
mi amor, mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.
Y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
mis acordes cotidianos
te quiero porque tus manos
trabajan por la justicia.
Si te quiero es porque sos
mi amor, mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.
Tus ojos son mi conjuro
contra la mala jornada
te quiero por tu mirada
que mira y siembra futuro
tu boca que es tuya y mía,
tu boca no se equivoca
te quiero porque tu boca
sabe gritar rebeldía.
Si te quiero es porque sos
mi amor, mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.
Y por tu rostro sincero
y tu paso vagabundo
y tu llanto por el mundo
porque sos pueblo te quiero
y porque amor no es aureola
porque sos pueblo te quiero
y porque amor no es aureola
ni cándida moraleja
y porque somos pareja
que sabe que no está sola
te quiero en mi paraíso,
es decir, que en mi país
la gente viva feliz
aunque no tenga permiso.
Si te quiero es porque sos
mi amor, mi cómplice y todo
y en la calle codo a codo
somos mucho más que dos.
Por último, un poema de Luis Alberto de Cuenca que realiza una versión personal del famoso poema de Neruda "Me gustas cuando callas porque estás como ausente". En este poema nos ofrece la cotidianeidad feliz con su pareja, a la que quiere con sus defectos y sus virtudes y con la que se siente feliz de iniciar un nuevo día:
Me gusta cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes, cuando te vas de compras con tu madre y llego al cine tarde por tu culpa. Me gustas más cuando es mi cumpleaños y me cubres de besos y de tartas, o cuando eres feliz y se te nota, o cuando eres genial con una frase que lo resume todo, o cuando ríes (tu risa es una ducha en el infierno), o cuando me perdonas un olvido. Pero aún me gustas más, tanto que casi no puedo resistir lo que me gustas, cuando, llena de vida, te despiertas y lo primero que haces es decirme: "Tengo un hambre feroz esta mañana. Voy a empezar contigo el desayuno".
Como veis el amor es un sentimiento universal y los poetas lo han cantado en sus versos. En esta entrada sólo os he dejado alguno de los muchísimos poemas que se han escrito en nuestra literatura. ¿Os habéis quedado con ganas de más? Pues mi regalo para este día es un libro que recoge poemas de amor y se titula De todo corazón. 111 poemas de amor. una selección con poemas de todas las épocas con ilustraciones de Agatha Ruiz de la Prada y dirigido especialmente a un público juvenil . Si os gustan los poemas de amor, os encantará. Feliz día de los enamorados.
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